Arte Precolombino
El arte precolombino es conocido, sobre todo, por los
trabajos en oro de las antiguas culturas indígenas considerados como los
mejores del continente americano. Antes de la época de la conquista numerosas
culturas utilizaron el oro, curiosamente con técnicas muy parecidas, pero
desarrollando estilos muy particulares. El oro fue utilizado en la elaboración
de pieza de joyería, anillos para la nariz, brazaletes o coronas y como
utensilios y ofrendas para las ceremonias rituales. La mejor muestra del
trabajo en oro precolombino es la famosa Balsa Muisca, una pieza en hoja de oro
que representa al cacique cargado de oro en una barca junto a los remeros,
antes de bañarse en la laguna de Guatavita. También son famosos los Tunjos,
gordas figuras de oro que representan a feroces guerreros. Por otro lado
destacan los trabajos de la cultura Tolima con sus pectorales planos, que
describen sencillas figuras humanas, así como los poporos de la cultura
Quimbaya, recipientes con un alargado cuello donde se maceraba la hoja de coca.
Otras culturas como la Tayrona, los Sinú o los Calima, dejaron excelentes
trabajos.
La alfarería precolombina es muy rica en formas y estilos lo
que ha dificultado su clasificación. Desarrollada por grupos sedentarios de
agricultores no sólo fabricaron objetos de uso doméstico como platos con
alegres motivos o vasos decorados con múltiples colores, sino que también la
utilizaron en sus ceremonia rituales como son las vasijas funerarias con
figuras antropomórficas o de animales. Las piezas más características provienen
de la cultura muisca y tienen su mejor muestra en la gran variedad de múcuras,
un cántaro especial de cuello delgado y decorado con motivos antropomórficos.
Esta pieza se utilizaba para tareas domésticas y ceremonias religiosas. Todavía
se siguen fabricando de acuerdo a los procesos ancestrales, especialmente en
las zonas rurales de Boyacá. A diferencia de otras culturas suramericanas, en
Colombia no se han encontrado imponentes construcciones o grandes zonas
arqueológicas, a excepción de las grandiosas figuras de la región de San
Agustín. Allí se han encontrado más de 500 piezas talladas en piedra,
representando dioses, hombres y animales, que demuestran el complejo culto
religioso de este grupo indígena. Sin embargo, las culturas precolombinas si
han dejado un buen ejemplo de lo que fueron en otro tiempo, en los cientos de piezas
e instrumentos de trabajo que demuestran un alto grado de desarrollo y
elaboración.
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